martes, 1 de junio de 2010

El “run-run” de mi corazón

Us adjunte un dels meus últims articles d'opinió periodística, per al meu gust no és suficientment extens però tenia limitades les paraules, el tema dóna per a molt, hi ha molta tela que filar. Espere que us agrade... malgrat que estiga en castellà, però l'única que em deixa fer-li els treballs en valencià és la de Premsa a Internet.

Hay parejas que cuando llevan una semana de relación ya lo están propagando a los cuatro vientos y son ajenos a otras cosas más importantes de su pareja como por ejemplo, que es un maniático depresivo, una jugadora acérrima a las tragaperras, un obsesivo compulsivo, una adicta a las sustancias psicotrópicas o que simplemente tiene alergia a los ácaros. Pero no importa, porque están enamorados y se quieren. En televisión presenciamos escenas en las cuales los concursantes de los “realitys” se quieren “a rabiar” habiendo convivido durante a penas un mes, luego pasan las semanas y protagonizan escenas en los programas de corazón en las que se “tiran de los pelos” y se dicen las barbaridades más grandes habidas y por haber. Dicen que del amor al odio hay un paso, por eso no entiendo como se pronuncian estas palabras tan “a la ligera”. Una cosa es sentir aprecio, eso sí que se consigue con poco, a veces basta con una sonrisa. Pero un “te quiero” es algo importante, se le dice a una madre o a un padre, porque llevan toda la vida luchando para que no te falte de nada, y eres lo que eres gracias a ellos, aunque siempre hay casos en los que no merecen ni citarlos en el documento nacional de identidad.

En una pareja, está claro que el amor es diferente al fraternal, pero hablamos de algo consolidado, que los dos se conocen mutuamente como “si se hubiesen parido” hablando en plata. De todas formas nunca se conoce a alguien completamente y siempre acaba sorprendiéndote. Hay una teoría que dice que a partir del cuarto mes juntos ya podemos hablar de ese sentimiento y se empieza realmente a querer a esa persona tan especial que ocupa el 80% de tus pensamientos diarios.

En España se producen casi 333 divorcios por día, lo que supone miles de “te quieros” desperdiciados, olvidados o transformados en “te odios”. Debemos ser más cautelosos con su uso porque como dice el refrán “las cosas de Palacio van despacio”.